Fotografiar la cotidianidad

Muchos estamos encantados con las cámaras digitales, casi imposible no hacer buenas fotos. Pero la nitidez, la corrección en las luces, la composición, las reglas del horizonte o la colocación del motivo principal en determinado lugar. ¿Que gracia tienen ya? Si el discurso, motivo o lugar no es demasiado original ¿se puede hacer algo?
Si nos fijamos ahora se juega mucho con el desenfoque, con la calidez como si se tratara de una foto vieja...

A mi siempre me han gustado las fotos de las cámaras Lomo, lo veeis? y la gracia de las viejas Polaroids... Me acabo de comprar una estupenda cámara digital, pero ya me apetece una Lomo LC-A. No puedo tener todo, pero jugaré con mi programa de retoque y la cámara nueva.



Estas fotos recientes hablan de un paseo pequeño con la nena, aún había hojas secas del otoño y el abuelo le había comprado un chupachups.

Hay fotógrafos que han marcado mi visión, que a veces me condicionan, curiosamente mujeres, como Sophie Calle, contadora de historias a partir de la foto o la foto como testigo de hechos supuestamente biográficos.
Otra maravillosa fotógrafa es Sally Mann, pero incluso sus fotos han sido alguna vez tachadas de pornografía infantil. Hoy sus imágenes acompañan la idea de mi verano ideal, del paso de la niñez a la adolescencia... Son perturbadoras, sí, pero terrible es la impunidad de Internet para cosas escabrosas como el comercio de imágenes.
A mi me condiciona para publicar: que no se vea nada revelador, que no se puedan jugar con las imágenes... El hecho de publicar una foto de mi niña en el hospital con suero en una cuna, casi me ha costado una amistad...


Pero yo sólo quiero publicar bonitas imágenes, que hablen de los ratos que pasan rápidos pero que ni veo. Los descubro después en la pantalla; a veces siento que el hecho de atraparlos los ha convertido un poco en forzados, pero no...

P.D: estoy a vueltas con los enlaces, poco a poco